Consideramos que es el momento de incorporar a este legado nuevos componentes que no solo lo refuercen, sino que posibiliten una acción estratégica ante el demandante y amenazante contexto global. Por esa razón, las organizaciones que impulsamos la creación de RegionaR/Foro Regional de Derechos Humanos desarrollamos nuestro diverso, multilateral, incluyente y caracterizado enfoque.
Partimos de cómo vemos a América Latina: una región, precisamente, diversa, con riquezas ambientales, culturales y económicas en tensión, debido a una larga historia de Estados-Nación basados en discriminaciones estructurales, racistas, y patriarcales, cuyas bases materiales descansan tanto en el extractivismo como en la subordinación al capital transnacional.
Este sistema ha favorecido la instalación de la desigualdad como una característica consustancial, y ha decantado en Estados de gobernabilidad violenta, corruptos, basados en una disfuncional representación política, depredador de sus territorios y recursos, que limitan el acceso a la justicia e incurren en la sistemática violación de derechos humanos, todo en un contexto de crisis climática, que aumenta las vulnerabilidades en la mayoría de países de la región. Como consecuencia, esto también provoca movilidad humana forzada en condiciones de violencia y discriminación.
Esta descripción nos permitió entender que no se ha creado una agenda conjunta, y que las experiencias de multilateralismo han ocurrido de manera fragmentada. Por tanto, en nuestra región se responde de forma aislada, parcial o con débiles acciones coordinadas.
En consecuencia, comprendimos que la principal propuesta que queríamos presentar a la región latinoamericana era el reconocimiento y valoración de los distintos ámbitos y enfoques de trabajo, pero, sobre todo, la interacción permanente entre ellos, es decir, un diálogo de enfoques. En ese sentido, declaramos que nuestra dinámica de trabajo tendrá las siguientes características:
El desarrollo de nuevas narrativas como organizaciones defensoras para transmitir a la sociedad un mensaje claro y convincente sobre lo que significan los derechos humanos.
La articulación de agendas y acciones, a fin de superar la dispersión y fragmentación, trascender la visión sectorial hacia una visión integral, interseccional y regional.
La búsqueda, cuando sea posible, de espacios de coordinación con entidades estatales y políticas.
La superación de la división ideológica entre izquierda y derecha y poner al centro del debate la dignidad, la defensa de la democracia y los derechos humanos.
La promoción del fortalecimiento del marco normativo internacional multilateral, en particular del Sistema Interamericano de los Derechos Humanos.